lunes, 10 de junio de 2013

Murialdino N° 89

EDITORIAL

 
“HUÉRFANOS DE PADRES VIVOS”
 
 
         Por años he mantenido en el recuerdo esta terrible frase pronunciada por el Papa Juan Pablo II al referirse a aquellos niños y jóvenes que, teniendo a sus padres biológicos vivos, los tienen tan lejanos, que son en verdad verdaderos huérfanos. Pensar en orfandad, es pensar en abandono, en casas de menores u orfanatorios, pero la realidad que vivimos en la sociedad actual, nos muestra que no necesitamos visitar esos lugares para encontrarnos con ellos. Es lo que me ocurre a diario, también al interior de nuestro colegio. Por tantos años he visto con dolor, como esos mismos que en un minuto dijeron haber engendrado un hijo por amor, al momento de separarse de su cónyuge, les niegan a ella y a sus hijos todo sustento, debiendo muchas veces recurrir a Tribunales de Familia para conseguir una verdadera limosna, pues hay los que mienten respecto a sus recursos, indicándole a los jueces que ganan tan poco, que sólo lo que la Ley indica es lo que mezquínamente pueden aportar.
 
       Por ello, les insisto tanto a mis alumnas que se formen como profesionales, para que, el día de mañana, no les encontremos solicitando verdaderas limosnas en tribunales, sino que con su trabajo sean autosuficientes y dignas madres. Ya han pasado algunos años desde que, participando de un Consejo de Profesores en la Enseñanza Media, fui anotando las causales por las que los profesores hablaban de aquellos casos más delicados. Llamaba la atención, y hoy no debe haber cambiado mucho esa situación, como de los 500 alumnos que están en Enseñanza Media, eran escasos los que se presentaban con problemas de rendimiento, mucho menos aquellos con dificultades de convivencia o de conducta, lo cual habla muy bien de nuestro ambiente escolar, pero el mayor número de los que allí eran presentados a análisis, eran aquellos alumnos con problemas emocionales, y al seguir la pista, en la gran mayoría se trataba de alumnos cuyas familias estaban rotas o viviendo crisis, donde ellos eran simplemente víctimas o testigos de desencuentros que terminaron con la ilusión, tantas veces buscada, de formar una hermosa y unida familia.
 
       La crisis de nuestros ambientes, tiene, en gran medida, su origen en la crisis de paternidad que hoy vivimos. Sociedades huérfanas de ideales deambulan buscando falsos padres que la droga, las figuras efímeras del espectáculo o  del populismo político, jamás les podrán presentar. Se requiere para esos huérfanos de padres vivos, una sociedad que les muestre verdaderos modelos de paternidad, aquella que juntamente con un amor sin medida e incondicional, sea capaz de proponer ideales y de educar en los límites. Dios permita que en vez de ir en aumento, cada vez encontremos menos, fuera y dentro del Liceo, a estos huérfanos de padres vivos. Sería una mejor y menos comercial forma de festejar el Día del Padre.       
 
                                                                DON MARCO