lunes, 13 de mayo de 2013

Despedida a Don Tomás Bruna

 
    El pasado martes 30 de abril observé cómo, con tu sereno andar, recorriste por última vez como docente de este Liceo el patio camino a la entrada. Nadie hasta hoy y difícilmente alguno de los que actualmente ejercemos la noble misión de enseñar, logrará el record por ti conseguido al estar 50 exactos años ejerciendo como profesor. ¡Y qué profesor! Un profesor que, sin alzar la voz supo imponerse por presencia, logrando el cariño de sus alumnos, incluso de aquellos que en un principio no lograron entender tu humor tan característico, donde más de alguna ironía les incomodó.
 
     Has SUMADO tantos años, tantas experiencias. Hay pocos que logran superar tus más de 2500 horas de perfeccionamiento. Sumaste a tantas generaciones entre tus alumnos, incluso a mí que hace exactos 40 años tuviste en tu jefatura, la misma que comenzamos festejando el Día del Profesor en aquel trágico 11 de septiembre del ‘73. A todos ellos les enseñaste las difíciles matemáticas con un ordenado método.
     Pero por otra parte, de tanto darte, te RESTASTE a tu familia en largas y agotadoras jornadas de trabajo no sólo en nuestro colegio, sino que también por muchos años en jornada vespertina con niños de Lo Prado, a quienes nos hiciste muchas veces apadrinar.
 
     MULTIPLICASTE las horas para ir de un colegio al otro, sin dejar jamás de ser el primero en llegar y en cumplir con todo lo solicitado y aún más, estando siempre presto a ayudar a otros colegas y a acoger a los más jóvenes siendo también para ellos un verdadero maestro. Recuerdo cómo te pedían ayuda algunos, y especialmente algunas, que solían equivocarse una y otra vez al confeccionar manualmente las Actas finales, hasta que el solidario Tomás, en un dos por tres les hacía el acta sin errores y con una caligrafía envidiable, prueba de que el orden es tan necesario para conseguir buenos resultados.
 
     La DIVISIÓN es una operación que en las relaciones humanas suele pasar la cuenta, pero no a ti. Tu trato caballeroso, chistoso pero nunca grave ni vulgar, jamás dejó a un colega herido. Muy por el contrario, generabas unión, siendo modelo de docente para las nuevas generaciones.
 
    Raya para la suma: has sido grande siendo de porte pequeño; has sido maestro, aunque sólo buscaste ser un buen profesor; has sido padre de tantos, aunque solo tuviste una hija; has sido testigo privilegiado de gran parte de la historia de nuestro Liceo; has sido un hombre de fe, pero sin aspavientos; has sido ejemplar y es por eso que al partir nos harás tanta falta.
 

                       DON MARCO