viernes, 10 de julio de 2015

Murialdino N°106 "Ética para Arturo"

Hay momentos en que parece que no se puede hablar de otra cosa sino de fútbol. Es lo que pasa hoy en día en nuestro país. Largos segmentos deportivos sólo abordan lo que está ocurriendo con la Copa América, que después de largos años nos permitió disputar la final. Para un padre y un educador no debiera desaprovecharse la ocasión para transmitir un mensaje valórico a los más pequeños. Ya varios siglos antes de Cristo el pensador Aristóteles escribe su famoso texto Ética para Nicómaco, dirigiendo a su hijo una serie de consejos y preceptos que, de seguirlos en su vida, le harán un hombre virtuoso. Hace algunos años he disfrutado la actualización que hace de este clásico, el filósofo español Fernando Sabater con su Ética para Amador. De ahí que lo he recomendado más de alguna vez a nuestros apoderados, pues bien valdría la pena su lectura y más aún su aplicación. Claro está, mejor sería que cada uno de quienes somos padres y educadores pudiésemos dejar por escrito más de alguna enseñanza para la vida a nuestros descendientes. Es lo que habitualmente, de manera oral, todo padre hace. Son esas enseñanzas que nos acompañarán toda la vida y que la escuela no hace sino reafirmar. Repetidas una y otra vez, ya adultos recurriremos a ellas con frecuencia, y aunque nuestros padres ya no nos acompañen, serán siempre lecciones de vida.
El “accidente” automovilístico del jugador de fútbol Arturo Vidal nos sirva para ponerle actualidad a lo antes dicho. La irresponsable acción del jugador, quien pudiendo haber pagado a alguien para conducirle a casa puso no sólo en peligro su propia vida, sino la de otros que de manera inocente tuvieron participación en él. Cuando hay negligencia, no es accidente el término que se debe emplear sino falta o delito. Las miles de excusas que tantos entrevistados dieron en esos días para justificar la acción, me hizo pensar en lo necesario que es reforzar ciertos conceptos éticos entre nosotros. Pareciera que nadie puede corregir, menos sancionar a otro, pues de inmediato aparece el predicamento de que quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra. Así lo escuché de muchos adultos. Con ello, la posibilidad de pedir a otro que enmiende su actuar se ven imposibilitadas. Peligroso camino el que se plantea con esta forma de pensar.
 Felizmente en esos días nos visitó un periodista de Megavisión y al consultar la opinión de nuestros niños de Cuarto básico descubrí que ellos, a quienes en este texto mencioné como pequeños, son de verdad grandes en el sentido de saber naturalmente qué es lo bueno y qué lo malo. Ellos, con la camiseta de la roja puesta, fueron capaces de decir que merecía una sanción quien así se comportó. Ello me hizo recordar lo que bellamente dice san Agustín: “No ames en el hombre su error, pero sí al hombre, pues es Dios quien le hizo. Ama lo que Dios ha hecho, pero no ames lo que el hombre ha hecho”. Tal parece que nuestros niños han empezado ya a escribir una de esas lecciones éticas que los harán virtuosos, lecciones que le harán ser los verdaderos modelos que la sociedad necesita con tanta urgencia.
                                                                                      DON MARCO

jueves, 14 de mayo de 2015

Murialdino N°105 "Misericordiar"

El Papa Francisco ya nos está acostumbrando a usar palabras extrañas, neologismos que buscan subrayar con más fuerza palabras que a veces se desgastan o no entendemos suficientemente. Es el caso de la expresión misericordia, la que nos llama a tener un corazón compasivo. Misericordiar es por lo tanto, un imperativo que se nos impone en especial en este año. El Papa ha querido convocar hace unos días a un “Jubileo de la misericordia” el que justamente se iniciará a fines de este año, fecha que coincide con el Encuentro de Jóvenes Murialdinos, quienes a inicios de noviembre se reunirán en esta casa para  tratar de hacer vida este llamado papal.
Hablar de misericordia en los tiempos actuales parece una real necesidad. A diario vemos como los que muchas veces se visten del ropaje de servidores públicos, casi como si ello fuese poco menos que un apostolado, se aprovechan de resquicios legales y en definitiva de la buena fe de todos nosotros. Los escandalosos hechos que a diario se van descubriendo, en que se han extendido boletas para defraudar al fisco con trabajos inexistentes o de escaso valor, son un bofetón a los más pobres de nuestra sociedad. Los millones involucrados y la desfachatez para tratar de justificar lo injustificable, no pueden sino acarrear la rabia de quienes muchas veces por culpa de la gestión de esos mismos falsos servidores públicos, ven postergados sus justos derechos a una retribución más digna.
Como ser un verdadero rostro de misericordia, nombre de la Bula con que se hizo la convocatoria, parece ser la gran tarea a descubrir a partir de este momento. Tal como lo dice el texto: “Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma. (…)La verdadera vida es algo bien distinto. Dios no se cansa de tender la mano”. Dios no se cansa de tender la mano, tender la mano para acoger, para ayudar, para compadecerse. Pareciera que en nuestra sociedad, especialmente en la chilena, estas palabras instan a muchos a “tender las manos”, pero para robar, para apropiarse sin sudar ni una gota de dineros que no se merecen.
 No quisiera que se entienda, como muchas veces ocurre, que esta es una labor de la Iglesia, como si por Iglesia se debiera comprender a la pura jerarquía y no a todos los que nos decimos cristianos. El que la Iglesia sea el rostro visible de Dios, nos urge a que cada uno se sienta interpelado a ser signo y testimonio de la misericordia en todos los aspectos de la vida personal Es lo que llevó a la práctica nuestro querido santo Leonardo Murialdo, quien siendo de condición acomodada, no dudó en dejar esos privilegios y dedicarse hasta consumir sus bienes y su propia vida por sus alumnos, miserables en muchos aspectos, pero ricos en amor, prodigado a manos llenas por un santo que se hizo para ellos padre, amigo y hermano.
                                                                     DON MARCO

viernes, 24 de abril de 2015

Murialdino N°104 "Piojos resucitados"


Iniciamos un nuevo año escolar en un colegio que, desde que pusimos un pié en la entrada, nos mostró una nueva cara. Los calurosos días de verano no impidieron que al interior del Liceo los trabajadores pudieran asfaltar el estacionamiento, pintar completo el pabellón del Primer Ciclo, ampliar el Segundo ciclo y una serie de obras menores que a nadie dejaron indiferentes. ¡Está lindo el colegio!, fue la frase más escuchada. Todos se admiraban de lo grande que se veía el patio y otros tantos comentarios positivos.

 Este inicio de año lo hacemos justamente cuando cumplimos 125 años desde que un grupo de jóvenes comenzara una actividad pastoral que ha perdurado en el tiempo y que difícilmente se podrá borrar. No creo que rápidamente se le podría llamar a este barrio con otro nombre. Patronato hace a la identidad del lugar, por ello le llamaron así a la calle y hace pocos años a la Estación del Metro. Esta celebración por tanto no nos puede dejar indiferentes.

Celebrar estos 125 años nos obliga a ser fieles a los anhelos de esos muchachos que siendo de clase acomodada quisieron venir a servir a los niños y jóvenes más pobres del barrio que estaba en la periferia en ese tiempo, al otro lado del río Mapocho. Eran de clase alta, pero ello no les impidió el darse cuenta que es en el servicio cuando un católico logra su razón de ser.

 Volver a los deseos iniciales nos hace bien. Nos hace pensar en nuestros orígenes humildes y no olvidarnos de dónde venimos. Habremos escuchado la expresión que hay gente que son unos piojos resucitados. Se refiere a aquellos que se olvidan de sus raíces y por ello tienen amnesia de su humilde pasado. En cada familia, en cada grupo social los encontramos. Son los que se marean con un poco de dinero o una condición económica mejor. He sabido de algunos que hasta han cambiado su apellido para sentirse herederos de una estirpe más noble, otros ocultan su lugar de nacimiento, la comuna donde viven o hasta les avergüenza algún pariente medio pobretón.

Dios permita que este año al mirar nuestros humildes orígenes, los que en el actual edificio del colegio casi no se notan por lo hermoso y moderno de todo lo que nos rodea, podamos sentirnos obligados a nunca olvidar a los más pobres. No sacaremos nada con festejar los 125 años del Patronato si no somos capaces de reinventarnos para dar a los nuevos pobres que están a nuestro alrededor respuestas concretas a sus necesidades. Por último, tengamos todos una gran cuota de gratitud por lo que hemos heredado. En tiempos que tanto se habla de la plusvalía de ciertos terrenos, resulta inimaginable el valor de lo que heredamos en este privilegiado lugar que fue la sede del Patronato desde el año 1894 hasta la fecha. Tres hectáreas ubicadas en uno de los lugares más hermosos de Santiago.
         
                                                            DON MARCO

miércoles, 29 de octubre de 2014

EDITORIAL Murialdino N° 103, Noviembre 2014

DESALMADOS



       ¿En qué nos equivocamos? Esta pregunta que hace años aparecía en un ingenioso comercial de bebidas, me viene a la memoria cuando veo las fechorías que a diario nos presentan las noticias y donde muestran a personas que delinquen, y especialmente menores de edad que cometen delito tras delito. Detrás de ellos hay una familia y una escuela que seguramente hicieron algo para que esa historia tuviese un final feliz. Lamentablemente no es este el caso de muchos. Las malas juntas, las carencias afectivas, las familias destruidas, las frustraciones acumuladas y en última instancia las culpas de todos, el llamado pecado social, son parte de una serie de factores que parecen torcer irremediablemente el destino de tantos. Hace años era típico utilizar la expresión, desalmados, especialmente en las películas del lejano oeste americano y en su doblaje al español fue un término que escuchamos más de una vez. Los desalmados, es decir los que carecen de alma, los forajidos, son los que dañan a otros, los que producen dolor en la sociedad.

       Y mientras ello ocurre, vemos cómo las cifras de crímenes siguen aumentando. ¿En qué fallamos? Seguramente más de alguna culpa tienen los padres y también la escuela en más de uno de esos casos, pero así también esos mismos actores más de algo habrán hecho por esos niños y jóvenes para intentar transmitirles esos valores tan fundamentales que les acompañarán toda la vida. A veces, cuando veo a mis alumnos más grandes romperse la sesera tratando de completar largos facsímiles que deben presentar durante la tarde en sus preuniversitarios, no dejo de pensar en cuánta importancia le dan a conocimientos que a la larga sólo serán un peldaño para conseguir una profesión, conocimientos que a la postre olvidarán; pero si con el mismo ímpetu se formaran en los principios y valores que le acompañarán por toda su vida, otra cosa sería. Son esos los elementos que debieran una y otra vez subrayarse y sobre todo vivirse entre nosotros para que nuestros alumnos lleguen a ser hombres y mujeres de bien. Es el sueño de cada padre y cada profesor, pero la experiencia nos muestra que esto no es siempre así. En algo fallamos para que haya tanto desalmado haciendo de las suyas.
       En este mes que se inaugura con la Fiesta dedicada a todos los difuntos, es decir aquellos que nos antecedieron y que dejaron de existir cuando de ellos salió ese halo, la fuerza vital, el espíritu o el alma, como solemos decir, conviene tener presente estos pensamientos con el fin de darle a esas vidas un verdadero sentido. Por ello en los colegios josefinos más que educar sesos, o lo que es lo mismo, educar sólo para la PSU, nosotros decimos que los educamos para el cielo, formándolos en esos valores que les dan sentido a sus vidas. Por ello no nos cansaremos de insistir, al igual que el lema de nuestros colegios del Brasil que aquí educamos corazones!.
                   
         DON MARCO

martes, 14 de octubre de 2014

EDITORIAL ¿Pedagogos o demagogos?

             EDITORIAL
          ¿ PEDAGOGOS O DEMAGOGOS ?


Como nunca antes el tema de la educación ha estado presente en el debate nacional. Lo hemos notado tanto en la prensa escrita como en la televisión. Se habla y exige educación de calidad. Los noticieros pocas veces presentan lo bueno que se está haciendo a diario en forma silenciosa en las escuela de nuestro país. Habitualmente siempre nos presentan a través de la caricatura y el desprestigio. Pareciera que todo está mal y haya que partir de cero. Soy un convencido que eso no es así, aunque debo confesar que tampoco es todo perfecto. Para que de verdad haya educación de calidad deben confluir múltiples factores. Muchos de los cuales en el actual debate han tenido una escasa figuración, en el mejor de los casos, y en otras un total ausentismo. La calidad educativa parte por tener docentes competentes en sus materias, convencidos de la importancia de su saber y coherentes en su actuar por ser modelos de vida para sus educandos. Ya sabemos que en la viña del Señor hay de todo y también están los malos ejemplos, aquellos que demagógicamente buscan congraciarse con sus alumnos, los que se afanan por el aplauso fácil o los que por no hacerse antipáticos bajan el nivel haciendo las cosas menos complicadas, perdiendo su entrega la dosis de exigencia tan necesaria para que los muchachos crezcan.
Pero también la educación de calidad se consigue con alumnos o estudiantes, en el mejor de los casos, que aspiren a esa calidad. Aquí queda claro que el panorama tampoco es tan nítido. Tenemos aquellos que de verdad son estudiantes, los que buscan destacarse, los que saben de esfuerzo y huyen de la mediocridad. Pero conjuntamente encontramos muchos que son sólo alumnos. Es decir, siempre necesitan que alguien les esté conduciendo. Un sociólogo en este tiempo de debates, ha dicho que la juventud que tenemos al frente es una juventud mimada. Les hicimos creer como sociedad que merecen lo mejor, que su voz era importante al reclamar sus derechos, pero faltó subrayar con la misma fuerza que también deben vivir con igual intensidad sus deberes. Los niños mimados no crecen, se estancan haciendo pataletas y sus padres, cuando éstos han crecido, no hayan qué hacer con hijos caprichosos que quieren que todos le atiendan y que son ciegos e indolentes ante las necesidades de los demás. Así como es pernicioso para una educación de calidad el que haya profesores que son demagogos, es igualmente perjudicial fomentar niños y jóvenes mimados. Debiéramos ser capaces de formarlos, tal como dice nuestra misión, haciendo de nuestro colegio y de sus casas, un lugar donde convivan tanto el amor como la norma.

Por último, no podemos dejar de mencionar al tercer pivote de esta tríada tan necesaria para educar y educar bien: los padres de familia. Cuánto ayuda a este fin, el tener padres y madres comprometidos en la educación de los hijos. De esos que apoyen la labor docente. Que entiendan que lo que los hijos quieren es a padres y no a compinches que todo le consienten. En el mes donde destacamos a los educadores, conviene tener en cuenta el grave riesgo de ser demagogos en nuestro actuar, sabiendo que los perjudicados son justamente aquellos que merecen una verdadera educación de calidad y a quienes no podemos defraudar.
                    DON MARCO

lunes, 18 de agosto de 2014

EDITORIAL AÚN TENEMOS PATRIA !!!

  EDITORIAL

            AÚN TENEMOS PATRIA!!!!



       Encienda usted su televisor a la hora de los noticieros y lo más probable es que se inicien con un largo detalle de noticias trágicas. Muertes, atracos, balas locas,  quitadas de drogas y un largo etcétera están haciendo de estos temas el pan de cada día. La inseguridad y el temor se apoderan de las personas. Vean lo que pasa en las casas, en las que sus dueños extreman las medidas para defenderse de los delincuentes. Casas rodeadas de serpentinas de alambre filudo, alarmas o en el peor de los casos cercos eléctricos. El panorama parece desolador. La desconfianza se apodera de todos. Si usted se acerca mucho a una persona que está detenida, ésta le mirará con desconfianza, tratando de poner a salvo su cartera o celular. Nuestros mismos alumnos muchas veces viven situaciones desagradables en las que menores de edad les asustan obligándolos a pasarles sus objetos de valor. Surgen las preguntas: ¿dónde están los padres de esos menores? ¿Habrán ido a una escuela?  y si fueron, ¿por qué razón llegaron a delinquir?

       En los tiempos de Murialdo, el problema de la delincuencia también se daba. Uno de sus colaboradores más cercanos dice que la solución es volver a Dios. Parece simple, pero es la única posibilidad para muchos. Baste ver lo que ocurre en las cárceles, donde no pocos hombres y mujeres atraídos por el mensaje de Jesús hacen un cambio de vida radical, generando esperanzas de que serán hombres y mujeres de bien. En esto los buenos ejemplos son fundamentales. Si los mismos padres están lejos de Dios, difícilmente sus hijos podrán seguir por un buen camino. El efecto positivo delmodelaje en éste y en tantos otros temas parece ser la solución. Frutos buenos sólo producen los árboles buenos. Ya lo dijo Jesús: por sus frutos los conoceréis. Tantas veces vemos en la televisión a madres que lloran desgarradamente por su hijo que ha delinquido gritando su inocencia. Lamentablemente es mucho más frecuente que detrás de esas declaraciones haya una familia, y especialmente unos padres que han abdicado de sus responsabilidades fundamentales.
                Si las malas noticias nos dejan un sentimiento de desesperanza, quienes trabajamos con los niños y jóvenes, especialmente de nuestro colegio, vemos muchísimos signos de esperanza. Es frecuente escuchar comentarios sobre nuestro ambiente destacando lo sano que es. Los mismos jóvenes se admiran de lo que ocurre en otros colegios, de igual condición que el nuestro, donde se desperdicia la posibilidad de ser mejores. Esos signos de esperanza real surgen de la coincidencia entre el Proyecto de hombre que busca lograr el colegio con los deseos de muchos padres que nos confían esos sueños. La clave del porqué tantos y tantos padres y apoderados nos eligen en número cada vez más creciente es porque en este espacio educativo se amalgaman esos dos sueños de sociedad: la que nos inspira el estilo pedagógico del Murialdo y los anhelos de nuestros apoderados que han encontrado aquí el lugar para forjar los hombres y mujeres que de verdad Chile está necesitando. Ante tanta noticia desgraciada, el ver los rostros de nuestros alumnos, especialmente en este mes de la Patria nos hace exclamar a quienes les educamos que aún tenemos Patria!!!.-

                                                                                         DON MARCO

jueves, 14 de agosto de 2014

EDITORIAL EDUCACIÓN: EL OTRO MUNDIAL QUE AÚN NO GANAMOS

EDITORIAL

            EDUCACIÓN: EL OTRO MUNDIAL QUE AÚN NO GANAMOS



       Aún resuenan los ecos del pasado mundial de fútbol. Pasarán años y nos seguiremos lamentando del infortunio de no haber sido nosotros los que eliminábamos al hasta ese momento tan imbatible Brasil. Lo de Pinilla y de Medel es también materia de largas disquisiciones, las que obviamente se chocan con la dura realidad de lo que pudo haber sido y al final no fue. Es un juego, pero por Dios que estuvieron entretenidos esos días. Así lo vivimos al interior del Liceo, donde nuevamente pudimos vibrar con los lindos momentos que este multitudinario deporte nos entrega.

       Pero en esos mismos días se debatía acaloradamente una noticia mucho más importante que el Mundial de fútbol, pues involucra algo más precioso que un juego; me refiero a la Reforma Educacional, la que se ha planteado como una de las labores a las que este gobierno se dedicará por completo, con el fin de corregir las evidentes falencias que están a la vista de todos y que lamentablemente se hacen más urgentes en aquellos sectores económicamente más desposeídos. La comunidad religiosa de nuestro colegio, atenta a la inquietud que para muchos se comenzaba a plantear en nuestros ambientes, decidió emitir una Declaración Pública que ustedes pueden leer en las páginas centrales de esta edición y que fue motivo de comentario en la última reunión de apoderados. Prudentemente los autores del texto, junto con dejar clara la postura de la Congregación que ve en las ideas matrices del Proyecto muchos beneficios para colegios como el nuestro, observan también con prudencia que hay muchos elementos que se echan de menos en el debate y que sí apuntan directamente a una mejora no sólo de la cobertura y gastos que implica la educación, sino de lo que consideramos más importante de todo:la calidad. Dios permita que quienes tienen la mayor responsabilidad en esta labor, sean prudentes en escuchar a todos lo sectores y en especial a quienes sobre el tema tenemos harto que decir, y que habitualmente no somos los que más gritamos, ni hacemos grandes marchas, sino que creemos más en la capacidad que tienen los argumentos, pues lo que está en juego, si de veras resulta, será un verdadero salto cualitativo al verdadero y anhelado desarrollo de nuestro país.

                Lamentablemente cuando hablamos de educación, se piensa restrictivamente en el ámbito de la vida escolar y académica. Creo que así como aún no nos podemos sentir orgullosos de alcanzar un campeonato mundial de fútbol, también estamos distantes de conseguir esos trofeos en tantos ámbitos de la educación entendida en sentido amplio, como por ejemplo en tantos aspectos de una verdadera cultura cívica respetuosa de los demás. Vean ustedes lo que aconteció en esos mismos días en las calles cuando se dice festejar un triunfo o protestar por una demanda. El caos que queda en esos lugares, así como los lamentables destrozos en las escuelas tomadas nos habla que algo no está bien.

                                                                                         DON MARCO

miércoles, 11 de junio de 2014

EDITORIAL

 JUEGO LIMPIO




  No nos dimos ni cuenta y ya estamos listos para vivir y disfrutar de otra fiesta mundialera. El ambiente no podía estar mejor con una selección de fútbol que nuevamente clasificó para un mundial y además por creer muchos que en ella están los mejores integrantes en toda la historia de nuestro fútbol. Quiéralo o no, en estos días todos estaremos al tanto de lo que allí sucede, y podremos, también los educadores y educandos, aprovechar la instancia para sacar enseñanzas para la vida, pues el deporte  tiene muchos elementos que lo hacen un excelente medio para formar a las personas. De hecho, al iniciar cada partido veremos como ceremonialmente ingresará la bandera del juego limpio o fair play. Este juego limpio es algo que debiéramos aplicar como máxima en todos los ámbitos de la vida, es en definitiva vivir de acuerdo a una ética que nos hace buscar lo más correcto, lo más bueno, lo mejor.

  En una presentación que un exalumno me envió, se indicaba que la diferencia que hace distintos a los pueblos, no es ni su historia, ni su territorio, menos aún su raza; lo que los hace diferentes y sobresalir es una actitud distinta para enfrentar la vida. Para ello hacía un elenco de 10 elementos que sí distinguían a estos grupos humanos y que bien podrían servirnos para ver cuán cerca o lejos estamos de alcanzar dicho ideal:

1.        Lo ético como principio básico.
2.       El orden y la limpieza.
3.       La integridad de vida.
4.       La puntualidad.
5.       La responsabilidad.
6.       El deseo de superación.
7.       El respeto a las leyes y reglamentos.
8.       El respeto al derecho de los demás.
9.       El amor al trabajo.
10.     El esfuerzo por economizar y emprender.

    En estos días en que la FIFA nos invita a jugar limpio, nos convendría revisar si nuestro actuar es siempre correcto, buscando vivir éticamente, lo cual en palabras del filósofo Fernando Savater, no es sino “el arte de vivir, el saber vivir, por lo tanto el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene (lo malo)”. Lástima que la misma FIFA que nos hace esta invitación a jugar limpio, no lo tenga como regla en sus propias determinaciones. La corrupción presente en muchas de sus actuaciones es un verdadero gol que nos siguen haciendo a los amantes del deporte.

                                                                                           DON MARCO

jueves, 5 de junio de 2014

EDITORIAL

       MERITOCRACIA V/S PITUTOCRACIA



No sé si es sólo una anécdota, pero se cuenta que Murialdo recibió a un niño que postulaba a su Colegio Artesanitos, el cual no reunía los requisitos habituales. Ante la disyuntiva de decirle que no podía ser aceptado, se le ocurrió preguntarle si sabía correr, y efectivamente el niño lo supo hacer, con lo cual Murialdo al ver que ese era un logro, lo aceptó de inmediato como alumno del colegio. Aunque sólo fuese un hecho ficticio, éste nos muestra algo tan necesario en nuestros ambientes educativos, y es darse cuenta que todos de una u otra manera, tienen algún talento que hay que descubrir y potenciar. Nadie por lo tanto es tan negado, que no tenga alguna gracia que le valide ante el resto.

En nuestro ambiente, hay siempre una pugna entre la meritocracia y el pitutismo, es decir entre las reales capacidades de las personas y las presiones que se ejercen para conseguir algún propósito. Interesante resultó a inicios de este año la polémica desatada por quien después fuese designado Ministro de Educación, quien señaló que en su colegio había varios, que él consideraba idiotas, y que pese a ello, sólo por el poder de sus redes sociales habían llegado a ocupar puestos importantes. Demás está decir las disculpas que tuvo que dar no sólo a su promoción sino a todo su colegio. Por cierto que  equivocó la forma, pero en el fondo no dijo nada que no sepamos. Que en nuestro país, y supongo que en otros con igual o mayor énfasis, hay personas que no lograrían llegar donde están por sus méritos personales, sino que deben recurrir a esas redes de apoyo, que no destacan los talentos, sino sólo los favores, o como se dice hoy habitualmente, los pitutos. Pocos, cuando buscan un empleo, confían sólo en sus capacidades, es habitual, que al saber cuál es la empresa, comiencen de inmediato a ver a quien de esa empresa conocen para pedirle que, en buen chileno, les dé un empujoncito. Otro tema es el de la proveniencia social, el que ha llegado a ser un obstáculo para muchos, que deben mentir para no tener que identificar su comuna, pues podría ser un punto en contra antes incluso de que le entrevisten.

En estos días comienzan las postulaciones a nuestro colegio. Y aunque no lo crean, no faltan los postulantes, que de inmediato intentan conseguir cartas de recomendación de párrocos, personeros ministeriales, obispos y hasta del palacio presidencial. Han de saber que todas esas cartas no hacen sino aportar unos gramos a los kilos de papel que reciclamos, pues, desde sus inicios este colegio se ha distinguido por valorar los méritos de los postulantes y no la cuña que presiona indebidamente para que entre. Así como en la anécdota del inicio, los seguidores de Murialdo, confiamos en las capacidades de cada persona y depositamos en ello la confianza en que esos futuros profesionales harán el paso necesario para que la justa movilidad social, de la cual tanto se habla, sea al menos en este pequeño espacio de nuestra sociedad una realidad.

                                                                                    DON MARCO

miércoles, 23 de abril de 2014

EDITORIAL ÑEQUE Y RESILIENCIA


EDITORIAL

ÑEQUE Y RESILIENCIA


  A mis alumnos de cuarto medio suelo ponerlos a prueba dada la cercanía de la PSU y sus exigencias de un vocabulario adecuado, con palabras en español, que lamentablemente usamos poco, y que ellos especialmente desconocen. Así les hago notar la importancia de leer y tener una constante curiosidad por saber la etimología y significado de las palabras. Será por culpa de mi madre quien aún tiene este hábito y porque ella misma junto a mi padre, una de los primeros regalos que nos hicieron fue una costosa enciclopedia que nos sirvió muchísimo en nuestra formación y a la cual nos habituamos a consultar. Hoy veo con preocupación cómo nuestros jóvenes y niños utilizan  cada vez menos palabras, reemplazándolas por una serie de modismos, muchos de los cuales son francamente groserías. A propósito de ello, en estos días he encontrado el significado y origen de algunas palabras que a veces uso y que se han ido perdiendo, una de ellas es ñeque, de origen mapuche y que se asocia al vigor, al empeño, a la fortaleza para enfrentar desafíos. En el mismo sentido hoy los psicólogos nos han acostumbrado a utilizar la expresión resiliencia, para indicarnos la capacidad de las personas para sobreponerse a situaciones difíciles y lograr continuar con la vida.

    Al recordar a tantos exalumnos que uno ha conocido en estos no pocos años de labor docente, no deja de admirarme la capacidad de muchos de ellos de sobreponerse a situaciones dificilísimas y pese a ello, no echarse a morir, y ser hoy hombres y mujeres integrados a la sociedad, exitosos en su vida familiar y profesional. Podría escribir muchas páginas, y de hecho a veces he tenido la tentación de poner en el papel alguna de esas historias que nos han impactado, en las cuales chiquillos nuestros han superado enfermedades catastróficas, la desaparición de sus seres queridos, el haber nacido en condiciones de extrema pobreza, la pérdida de sus bienes por incendio o por otras razones y, pese a ello, ser hoy destacados hombres y mujeres.

  Cuando observo a los actuales alumnos, en muchos veo que todo se les ha dado tan fácil; incluso muchos padres que vivieron necesidades en su infancia, por tratar de evitarles ese dolor cometen el error de hacerles todo tan expedito que nunca sabrán el valor de las cosas, la importancia del sacrificio, los frutos de la perseverancia y del trabajo bien hecho. Nos hemos acostumbrado como sociedad a una vida en que todo es desechable y en ella buscar que todo sea lo más fácil posible. El sudor, las horas de estudio para conseguir una meta son elementos más que válidos hoy que tanto se habla de educación. En una sociedad que no valora lo conseguido por otros, menos valorará lo que no ha costado sacrificio propio. Lo veo a diario, desde los valiosos libros que nos entregan desde el Ministerio, cuyo valor supera a veces los veinte mil pesos cada uno y al fin de año los alumnos los botan porque “no les sirven”. Ni hablar de aquellos que sólo esperan que el Estado les solucione todos sus problemas. Justo en este año en que se habla de educación gratuita nos convendría revisar si las cosas que no cuestan se valoran igual. Puede ser válido en otras culturas; en lo que no creo equivocarme, es que en la nuestra, de ñeque y resiliencia hay aún mucho por decir y especialmente vivir.-

                                                                                                    DON MARCO

lunes, 31 de marzo de 2014

Alegría que contagia EDITORIAL Murialdino N° 96

ALEGRÍA QUE CONTAGIA




Cada año acompaño a mi padre a visitar en el Cementerio Católico las tumbas de nuestros antepasados. Ese rito, que hacemos desde que yo era un niño, siempre ha tenido una parada casi obligada en la hermosa capilla de dicho camposanto. En ella hay una escultura de Peter Horn que siempre me ha llamado la atención. Es un Cristo resucitado esculpido en madera y de grandes proporciones. Lo paradojal es que ahí donde campea la muerte se haya puesto a un Cristo que resucita y no crucificado. Dicha imagen, instalada hace ya 50 años, me insta a relacionarla con el lema que hemos elegido para este año y que subraya la necesidad de transmitir la alegría que es la Buena Nueva como aquello que debiera identificar al pueblo cristiano. Muy por el contrario, es ya un lugar común que se nos critique por no entusiasmar con nuestro testimonio. Pareciera que el peligro de nuestra vida cristiano, ya detectado en el documento de Aparecida, sea ese gris pragmatismo de la rutinaria vida de la Iglesia. Esas críticas, que no son infundadas, nos debieran  hacer revisar nuestra actitud frente a la vida. Pareciera que muchos han optado por una Cuaresma sin Pascua, o lo que es lo mismo, se han quedado con un Cristo crucificado que nunca ha resucitado. La imagen del Cementerio no oculta las llagas de la crucifixión, pero muestra esplendorosa la vida de la resurrección.


    En especial al cumplirse el primer año de Pontificado de Francisco, nos debiera urgir el mensaje de su primera Exhortación, la que nos llama a anunciar con alegría al mundo actual la belleza del Evangelio. Ya en Aparecida, lugar donde el actual Papa tuvo un destacado papel en el equipo redactor de dicho documento, se  indica el reto fundamental al que estamos llamados:” mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo”. Por desborde, es decir debiéramos estar colmados de una alegría contagiosa que se nos sale por los poros. Pero no es esa la visión que a veces se tiene de nosotros. Las caras tristes, las personas amargadas y quejumbrosas son la tónica. Baste ver la respuesta que se da en nuestros ambientes cuando se saluda la gente y se pregunta cómo estás. Habitualmente todos están más o menos, cuesta encontrar gente que te diga que está bien y que eso se refleje en el rostro. No digamos nada de nuestras celebraciones litúrgicas, en las que las caras de estar lateados o distraídos son lo habitual, en cambio debiera ser la de aquellos que reflejan en sus rostros la alegría que nos da el ser testigos del resucitado.

Menuda tarea se nos ha puesto con este lema. Lejos de nosotros entonces el sentirnos viudos o viudas de un Cristo que está muerto. Jesús ha resucitado y esa es la mejor noticia. Dios permita que al iniciar el nuevo año escolar nos contagiemos del mensaje que este año se nos propone como una tarea central de nuestra vida cristiana y que al vernos así, muchos se contagien de ello.
                                                                                                   DON MARCO 

martes, 17 de diciembre de 2013

EDITORIAL Murialdino N° 95


¡¡¡DÉJENLOS SER NIÑOS!!!


Navidad ha llegado y con ello surgen una serie de vivencias que año a año aparecen en esta época: fiestas de familia, compras y regalos, ornamentaciones varias y un largo etcétera, entre los cuales uno que debiera ser el principal, el nacimiento de Jesús, quien como niño irrumpe en la tierra marcando con su presencia la historia para creyentes y no creyentes. Vivir la Navidad en medio del ambiente escolar me lleva a reflexionar sobre ese día y uno que inmediatamente la liturgia nos presenta, el 28 del mismo mes,  el día de los inocentes y, asociado a ello, la implacable figura de Herodes y su fatal determinación de eliminar a todo aquel que pudiese poner en riesgo su poder.

En medio de esas reflexiones, no puedo dejar de preocuparme por lo que otros Herodes hacen hoy con otros tantos pequeños niños Jesús en el mundo. También hoy encontramos Herodes que atentan contra esas vidas, también hoy hay quienes de un plumazo hacen que esa infancia desaparezca. Quizás no de manera sangrienta como lo fue hace dos mil años, aunque tampoco es tan extraño ver noticias de casos de parricidas que en venganza eliminan también a sus hijos, conmoviéndonos hasta el alma. La eliminación de esa infancia y su natural inocencia es algo que evidenciamos a diario y de variadas formas. En las escuelas vemos cómo, muchas veces, a los niños les arrancamos ese componente tan ligado a su ser, cual es su inocente actitud frente a la vida. Hoy con mayor énfasis observamos que muchas veces los padres y su entorno familiar no permiten que sigan siendo niños, algunas de esas formas se presentan cuando alentamos conductas sexualizadas a través de bailes con alto contenido erótico en sus movimientos y letras; cuando les vestimos con ropajes y pinturas que más bien parecen de bataclanas, como decía mi abuela; cuando les ponemos en sus manos aparatos como celulares y computadores con libre acceso a internet en que pueden ver programas con imágenes y temáticas que ciertamente no están preparados a asimilar; cuando festinamos con sus amistades de niños, utilizando expresiones impropias como decir que están pololeando. Podría seguir enumerando tantas otras situaciones que a diario vemos, como el transformarlos en confidentes de problemas de adultos; la mirada permisiva ante el consumo de drogas; el uso del doble sentido y del lenguaje vulgar o el trabajo y mendicidad infantil, tan asociada al abuso y corrupción de menores.

Déjenlos ser niños!!!, es el grito que en esta Navidad todos los que hemos recibido el don de ser padres debiéramos formular. ¡Déjenlos ser niños!. ¡Déjenlos vivir su inocencia!. No seamos los Herodes de hoy que eliminan inocentes e inocencias. Busquemos por todos los medios que este tiempo de Navidad nos haga rectificar alguna de nuestras conductas que, quizás sin mayor reflexión, hemos ido copiando de este mundo banal que se nos cuela por todos lados, también en las casas y en nuestras escuelas, y volvamos a cuidar como el más celoso de los padres que esa inocencia de esos otros pequeños Jesús que están a nuestro cuidado nadie, y mucho menos nosotros mismos, la ponga en peligro.


                                                                          DON MARCO

jueves, 28 de noviembre de 2013

EDITORIAL Murialdino N° 94


EDITORIAL

LA MALA EDUCACIÓN


Hace unos días recibíamos formalmente a los padres de los 120 futuros alumnos del Primero básico 2014, como siempre ocurre en estas convocatorias la sala Murialdo estaba repleta de orgullosos padres que escuchaban atentos nuestra bienvenida. Sin ser aguafiestas, al momento de dirigirme a ellos, y teniendo la experiencia que me dan algunos añitos por estos lados, les dije algunas palabras que, si bien parecen fuertes, tienen ese toque de realismo que dan las evidencias. Les dije en primer lugar que eran suertudos, pues en esta ocasión dejaron sin poder entrar a igual número de postulantes. Este año nos llegaron 240 solicitudes. Ya esto es un buen índice de que no lo estamos haciendo tan mal, pues la estampida, tal como ocurre en muchos colegios que claman por no perder matrícula, seria la tónica. Luego, sin ser pitoniso, les indiqué que si bien entraban 120, lo más probable era que muchos se nos fueran en el camino. Los habituales traslados por una parte, pero desde el colegio, las necesarias medidas para ir alejando a algunos que aparecen como murialdinos, pero que con el tiempo empezamos a descubrir como aquellos que no comulgan con nuestro estilo educativo. Les invité a mostrar pertenencia y a confiar en nuestra conducción.

La razón de tal pronóstico, va en el sentido que cada vez notamos con preocupación creciente, cómo quienes tienen la principal misión de educar empiezan por distintos motivos a delegar en otros dicho rol, culpando a éstos de los errores que se suscitan. Haciendo referencia a un artículo aparecido en esos días, les indicaba que muchos problemas que vivimos como sociedad no tienen su origen en la sala de clases, sino en el living de la casa. Ese traspaso de deberes a otros, llámese abuelos, nanas, profesores o a ninguno de ellos, ha tenido como secuela un aumento considerable de signos en que la mala educación se hace evidente. Hoy vemos con preocupación cómo ciertas habilidades sociales, las que antes denominábamos urbanismo, modales y cortesía, empiezan a desaparecer. Niños y adultos que no saben respetar los derechos de otros; personas que, creyendo que ser francos es decir todo lo que se les ocurre, no tienen ni una dosis de prudencia ni en el lenguaje ni en las formas; personas que ante ancianos o embarazadas no tienen la más mínima cortesía; personas de toda edad que tienen un lenguaje plagado de groserías, las que invaden hasta los programas televisivos. Qué decir del saludo, del dejar limpio el lugar que se usa, respetar los espacios públicos o el cancelar lo debido, sea esto un pasaje de micro o un producto consumido en el supermercado. Podría seguir con innumerables otros ejemplos de una cada vez mayor ordinariez ambiental, como la hoy tan en boga  adicción a los medios tecnológicos que impide una comunicación de palabras y miradas.

Parece - según indica el autor del artículo - que habrá que fomentar las Escuelas para Padres, aunque así como van las cosas, terminarán asistiendo nanas y abuelos, que dicho sea de paso, también hubo más de alguno de ellos presente esa tarde.

                                                                                     DON MARCO

Murialdino N° 93 EDITORIAL


EL POBRECILLO QUE NOS ENRIQUECE

         Francisco de Asís es quizás uno de los santos más queridos en el mundo. Baste pensar que es el Patrono de los ecologistas, de los animales, del medio ambiente, de los scouts, de los veterinarios. Su figura la encontramos en muchos lugares y su nombre nomina muchas calles de pueblos y ciudades. Su influjo espiritual es un modelo que por siglos ha atraído a muchos a seguir su ejemplo, tanto a religiosos y religiosas, así como también, a muchos laicos que, sin abandonar su estado de vida, se han adornado de sus virtudes. Así lo vivió el Padre Hurtado, quien antes de ser jesuita, profesó en 1916 en la Tercera Orden franciscana, quizás siguiendo el buen ejemplo que antes le había dado su madre, doña Anita Cruchaga quien fuera una destacada colaboradora Terciaria. La misma Gabriela Mistral, que escribiera los “Motivos de san Francisco”, fue sepultada con el hábito franciscano, legando a los niños del Valle de Elqui sus derechos de autor y dejando a los Franciscanos la custodia de la medalla y diploma que recibiera como Premio Nobel de Literatura. La poeta escribe a la muerte del Padre Hurtado: “del santo de Asís tenía también el hablar con gracia, la expresión a la vez donosa y llana.”

   Podríamos seguir enumerando muchos otros ejemplos del influjo de Francisco, pero baste un último. Este año nuestro querido Papa, decidió tomar de él su nombre. Resulta extraño que, siendo un santo tan querido, nadie antes haya tomado ese nombre. El mismo Papa nos cuenta que al momento de recibir la felicitación del Arzobispo de Sao Paulo por su elección, éste le dice ““no te olvides de los pobres”, entonces pensé inmediatamente en Francisco de Asís. Después, mientras seguía el escrutinio, (…) pensé en las guerras y Francisco es el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia todo lo creado en este momento. Así surgió el nombre en mi corazón: Francisco de Asís”. Y termina exclamando:”Cómo me gustaría tener una Iglesia pobre y para los pobres”. De esta forma entendemos mejor lo que desde el primer momento estamos viendo en el proceder del Pontífice, su sencillez de espíritu, su modesto estilo de vida, las ansias – al igual que Francisco- de restaurar la Iglesia de Jesús, para hacerla más cercana y creíble a muchos que por todo el mundo tienen sed de Dios, de un Dios como el que siguió Francisco y como el que nos quiere presentar el actual Papa.

       Valgan estos pensamientos para homenajear en este mes de octubre al santo que vivió radicalmente la pobreza, el que nos enseñó que el Evangelio hay que leerlo y vivirlo sin glosa, el cual providencialmente hoy se nos presenta como un modelo de vida, el mismo que nos dejó esta bella oración y que podría ser la forma constante de relacionarnos: “El Señor te bendiga y te guarde, ilumine su rostro sobre ti y tenga misericordia de ti. Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz. El Señor te bendiga”.


                                                              DON MARCO