jueves, 22 de diciembre de 2011

MI QUERIDO MURIALDO




Con estas palabras comienza el discurso que la noche del pasado miércoles 7, leyó durante la Licenciatura de Cuartos Medios Jorge Carreño, en representación de toda su promoción, compuesta por 119 nuevos exalumnos. Su mensaje, escrito con mucho sentimiento, expresa lo que esperamos que nuestros niños y jóvenes encuentren en este colegio, y qué mejor que haya sido escrito por uno de nuestros alumnos, a continuación alguno de sus párrafos:


“Hoy se termina una gran etapa de nuestras vidas, que fue inolvidable para cada uno de nosotros, llena de felicidad y buenos momentos, de recuerdos y amistades.
Ninguno de nosotros pensó que llegaría tan pronto este momento, siempre lo vimos muy lejano, de hecho, siempre quisimos que llegara, pero cada vez que se acercaba el día de la despedida, deseábamos detener el tiempo y seguir en nuestro Liceo, aprovecharlo y continuar con nuestra vida de estudiantes.


Claro, si este establecimiento, sus patios y sus salas se fueron transformando poco a poco en nuestro hogar, sus trabajadores en nuestra familia, y sus alumnos, más que en nuestros compañeros, se transformaron en nuestros amigos y hermanos.
En el transcurso del tiempo, hemos hecho amistades y buenos amigos. Hemos aprendido de la vida, y cómo vivirla, llevando siempre los valores murialdinos de frente. Nos hemos hechos mejores personas, no solamente debido a la labor familia-escuela, sino también por cómo hemos interpretado dicha labor.


Hemos vivido en este Liceo, el cuál nos ha visto crecer y cambiar: Ingresamos siendo unos niños, llenos de ansias por explorar un mundo nuevo, llenos de energía, la cual se veía reflejada en todos los cantos que interpretábamos, en todas las actividades en las que nos desenvolvíamos y en la felicidad que irradiábamos. Hoy, nos vamos siendo ya hombres y mujeres, pero igualmente felices, enérgicos y con mucho por descubrir.


Probablemente, no seríamos los mismos si no hubiésemos estado aquí, sin recibir toda la enseñanza del Liceo y el afecto que todos los profesores entregaban en cada una de sus clases… ¡sí!, el afecto. Quizás, nunca nos hemos dado cuenta del cariño que hemos recibido estando acá, y tampoco de todo el amor que sentíamos por nuestro Liceo.


Espero, que cada uno de nosotros consiga su meta a cumplir, realice su sueño y alcance la felicidad por la cual hemos estado trabajando todos estos años, para así, con el paso del tiempo, haya un murialdino en cada lugar, y que destaque en su labor, pero no solo como profesional, sino que también por su calidad de persona, por su humildad y buenos sentimientos, por saber hacer el bien y hacerlo bien, para que así, cada uno de nosotros, se sienta orgulloso del otro, y pueda decir “yo estudié con él, yo crecí con él o ella”.



¡FELIZ NAVIDAD Y LOS MEJORES DESEOS PARA EL AÑO VENIDERO!