viernes, 16 de marzo de 2012

Al Maestro con Cariño




Muchas son las frases que podrían encabezar esta editorial, pienso que para muchos incluso los que no fueron sus alumnos, ésta refleja lo que ha sido Don Aparicio en nuestras vidas. Hoy se cierra una larga etapa de presencia educativa en nuestro colegio. Su partida no nos puede dejar indiferentes. Lejano nos parece el 01 de marzo de 1956 cuando estampó su firma en el primer contrato de trabajo, el que también firmara como rector el inolvidable Padre Edilio Neyrone. Don Aparicio pronto cumpliría 21 años y la docencia era todo un desafío para este exalumno de la Escuela Particular Nº 42 “Santa Filomena”. Los Padres Josefinos habían arribado nueve años antes y él fue uno de esos niños que les dieron la bienvenida en ese inicio de año de 1947. Era evidente que un hijo de este barrio estuviera tan cerca de esta casa en todo sentido. En esos tiempos vivía en Recoleta 590, para luego trasladarse a su hogar por tantos años, en la calle Sagrado Corazón 305.



Por 40 años se desempeñó en la docencia, varios de ellos en ambas jornadas. Era habitual verlo en los recreos con los cuadernos de sus numerosos cursos apilados en un brazo, mientras con el otro iba corrigiendo la caligrafía y los resultados de aritmética. Siempre sereno, jamás alterado, nos iniciaba en el deporte estando en clases de Gimnasia, era obvio, pues desde pequeño el gusto, especialmente por el fútbol, lo quiso traspasar a las nuevas generaciones. Lo que no logró era que también fuéramos hinchas de su querido Ferroviarios. Su buen desempeño lo mostró en los equipos de nuestro barrio, llegando a ser seleccionado nacional de fútbol. Muchos apoderados recuerdan las clásicas tardes de campeonato en el Gimnasio en las que la calidad y caballerosidad del flaco Díaz eran manifiestas.



Largas jornadas también ocupó para ayudar a su estimado P. Franco, otro enamorado del deporte, para preparar las clásicas Revistas de Gimnasia. Muchas horas restadas a su familia también absorbió el afán periodístico de ambos por llevar a toda la comunidad las buenas noticias; es así como crearon en los años 60 El Burrito y luego la recordada revista Nadino, la que renació desde el año 2004 en El Murialdino, del cual es su gran impulsor.



Despedir a un querido profesor de tantos años no es fácil. Agradecer sus largos años de dedicación a este colegio resulta difícil expresarlo en pocas líneas. Su figura tan josefina, silencioso, de bajo perfil, caballeroso como el que mas, son características que no cualquiera tiene. Desde estas páginas que ayudó a ilustrar y escribir le rendimos el tributo que se les da a los grandes, aquellos que sin aspavientos son sencillos de corazón aquellos que han hecho vida el lema de Hacer y Callar, en suma un gran murialdino.





¡Gracias Don Aparicio!





DON MARCO