(Murialdino mes de Octubre)
jueves, 4 de octubre de 2012
(Murialdino mes de Octubre)
martes, 2 de octubre de 2012
EDITORIAL
jueves, 9 de agosto de 2012
EDITORIAL
jueves, 28 de junio de 2012
Editorial
lunes, 4 de junio de 2012
Nuestro Pentecostés
La mañana del pasado sábado 26 de mayo no podía estar mejor ambientada para vivir, a una escala menor, un nuevo Pentecostés. El fuerte temporal de viento y lluvia que desde la tarde anterior se hizo presente, y que podría habernos aguado la fiesta, no hizo más que dar el tono a lo que más tarde pudimos vivir en esta celebración. Así como hace 2000 años, las lenguas distintas que en un primer momento generaban confusión, dieron paso a que todos los participantes entendiéramos claramente lo que el Espíritu nos estaba diciendo. Así, misioneros venidos de la India, de Albania, y otros que hablaban italiano, no tuvieron inconvenientes para comprender todo lo que en ese día se nos entregó. De igual manera, el temor que acompañó a los primeros discípulos, estuvo también presente en los nuevos ordenandos. No era para menos, la importancia del sacramento que recibirían generaban unos nervios que quedaron atrás, luego de la hermosa ceremonia en que recibieron, por la imposición de manos, el Orden sagrado.
lunes, 23 de abril de 2012
En las huellas de San Leonardo Murialdo
El arribo de los primeros josefinos a Chile en 1947, estuvo marcado a los pocos meses por dos acontecimientos que ciertamente les han debido impactar: recién cumplían un año en Chile y en marzo de 1948 fallece en esta casa el P. Renato Selva, un joven misionero de apenas 33 años. El dolor algo se alivió, pues en abril del año 1949, es ordenado sacerdote el P. LuisParussini por parte del recordado Cardenal José María Caro. En este hecho los josefinos habrán entendido un signo, pues el joven misionero fallecido ofrecía en su agonía su dolor por nuevas vocaciones en estas tierras de misión. Largos años debieron transcurrir para que en la antigua Capilla fuese ordenado un exalumno de este colegio, se trata de P. José Troncoso, quien recibiera el Orden sagrado de manos de Monseñor Jorge Hourton en agosto de 1975. Tras largos años de espera y de constante oración, hoy asistimos a un momento de verdad histórico, pues junto a nuestro exalumno Jesús Castillo, serán ordenados otros dos seminaristas chilenos, Rafael y Eduardo, hecho inédito en la historia de la Congregación en Chile.
En estos tiempos, en que muchas empresas se preocupan de certificar su calidad a través de exigentes parámetros y en el que también los colegios invierten muchos recursos para recibir el preciado sello que certifique su calidad educativa, me pregunto cuál debiera ser el sello característico de un colegio de Iglesia. Por cierto, el empeño por destacar en lo pedagógico no debe dejarse como algo secundario, pero según mi parecer, hay otros elementos que hablan bien de una escuela católica y ello está en la capacidad de dar frutos en el ámbito religioso. Son esos los frutos que debieran enorgullecernos y hacernos pensar que estamos en buen camino. Cuando vemos muchos niños y familias empeñados seriamente en su preparación para recibir a Jesús por primera vez; cuando se repletan las vacantes para ser catequistas de los niños más pequeños o cuando nos faltan catequistas para atender a los más grandes que quieren confirmar su fe, son signos evidentes de una comunidad fecunda que ha apostado por la formación de sus alumnos en la fe y de una fe que al crecer se traduce en obras concretas.
jueves, 12 de abril de 2012
“NO HAY PEOR SORDO……..QUE EL QUE NO QUIERE OÍR”
La sabiduría popular expresa en este proverbio una realidad que en este año debiéramos analizar con atención. Se nos propone como lema “Escuchando se dialoga, dialogando se construye” y no más iniciar esa frase aparece la condición para que ese diálogo sea efectivo: la necesidad de escuchar. Múltiples son las situaciones en que de haber sido capaces de escuchar atentamente los signos que a diario se nos presentan, habríamos tomado una decisión mejor. Así debiera ser también en todo orden de cosas. Por ejemplo, llama la atención que muchas de las demandas que los pueblos expresan, no sean atendidas hasta que se provoca una situación de alteración del orden público. Inmediatamente como respuesta, la autoridad concede todo o gran parte de lo mismo que antes se negaba tajantemente a entregar. De esta forma se va sentando un pésimo precedente, pues de haber sido capaces de escuchar el sentir de la gente se hubiese podido responder a ello sin mediar presión alguna. Parece que esto es algo que aún no logramos aprender. Nuestra vida social sería más serena, si quienes detentan el poder estuviesen más atentos a ir escuchando esas señales que a diario surgen de las necesidades insatisfechas de sus conciudadanos. Llevando esto al extremo, basta ver lo que ocurre en aquellos pueblos sojuzgados por dictaduras eternas como las del medio oriente y otras más cercanas y cómo, cual si fuese una válvula que explosa, las muchedumbres exigen un cambio radical de gobierno en revueltas que acarrean siempre muerte y destrucción.
Para los creyentes este dicho popular cobra especial importancia cuando lo asociamos a la incapacidad de escuchar la voz de Dios. El nos habla siempre, somos nosotros los sordos, que no oímos o lo que es peor no queremos oír. Por eso el dicho señala que no hay peor sordo que el que no quiere oír. La voz de Dios manifestada en lo que Murialdo llamaba los “signos de los tiempos”, nos debiera impulsar a estar atentos a leer esos signos a través de los cuales se manifiesta su voluntad.
Este año es una excelente ocasión para tratar de vivir más atento a lo que Dios quiere de nosotros. Muy distinta sería la convivencia social si quienes nos gobiernan estuviesen más atentos a escuchar esos signos y reaccionaran con prontitud. Parece que nunca aprendemos y la historia nos muestra uno y mil ejemplos de aquellos que, haciendo oídos sordos, sólo se escuchan a sí mismos y una y otra vez se equivocan. Muy distinta sería también la vida escolar y familiar si estuviésemos atentos a escuchar lo que el Señor a cada instante nos va indicando para seguirle.
DON MARCO
viernes, 16 de marzo de 2012
Al Maestro con Cariño
Muchas son las frases que podrían encabezar esta editorial, pienso que para muchos incluso los que no fueron sus alumnos, ésta refleja lo que ha sido Don Aparicio en nuestras vidas. Hoy se cierra una larga etapa de presencia educativa en nuestro colegio. Su partida no nos puede dejar indiferentes. Lejano nos parece el 01 de marzo de 1956 cuando estampó su firma en el primer contrato de trabajo, el que también firmara como rector el inolvidable Padre Edilio Neyrone. Don Aparicio pronto cumpliría 21 años y la docencia era todo un desafío para este exalumno de la Escuela Particular Nº 42 “Santa Filomena”. Los Padres Josefinos habían arribado nueve años antes y él fue uno de esos niños que les dieron la bienvenida en ese inicio de año de 1947. Era evidente que un hijo de este barrio estuviera tan cerca de esta casa en todo sentido. En esos tiempos vivía en Recoleta 590, para luego trasladarse a su hogar por tantos años, en la calle Sagrado Corazón 305.
Por 40 años se desempeñó en la docencia, varios de ellos en ambas jornadas. Era habitual verlo en los recreos con los cuadernos de sus numerosos cursos apilados en un brazo, mientras con el otro iba corrigiendo la caligrafía y los resultados de aritmética. Siempre sereno, jamás alterado, nos iniciaba en el deporte estando en clases de Gimnasia, era obvio, pues desde pequeño el gusto, especialmente por el fútbol, lo quiso traspasar a las nuevas generaciones. Lo que no logró era que también fuéramos hinchas de su querido Ferroviarios. Su buen desempeño lo mostró en los equipos de nuestro barrio, llegando a ser seleccionado nacional de fútbol. Muchos apoderados recuerdan las clásicas tardes de campeonato en el Gimnasio en las que la calidad y caballerosidad del flaco Díaz eran manifiestas.
Largas jornadas también ocupó para ayudar a su estimado P. Franco, otro enamorado del deporte, para preparar las clásicas Revistas de Gimnasia. Muchas horas restadas a su familia también absorbió el afán periodístico de ambos por llevar a toda la comunidad las buenas noticias; es así como crearon en los años 60 El Burrito y luego la recordada revista Nadino, la que renació desde el año 2004 en El Murialdino, del cual es su gran impulsor.
Despedir a un querido profesor de tantos años no es fácil. Agradecer sus largos años de dedicación a este colegio resulta difícil expresarlo en pocas líneas. Su figura tan josefina, silencioso, de bajo perfil, caballeroso como el que mas, son características que no cualquiera tiene. Desde estas páginas que ayudó a ilustrar y escribir le rendimos el tributo que se les da a los grandes, aquellos que sin aspavientos son sencillos de corazón aquellos que han hecho vida el lema de Hacer y Callar, en suma un gran murialdino.
¡Gracias Don Aparicio!
DON MARCO