martes, 2 de octubre de 2012

(Murialdino mes de Septiembre)

EDITORIAL


NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

             Impacto nos causó hace unos días, la noticia del incendio que destruyó completamente la casa de uno de nuestros alumnos de séptimo básico. Visitar el lugar y ver lo poco que se puede salvar después de una desgracia así, en especial los elementos afectivos que se pierden irremediablemente, es algo que sobrecoge. Felizmente no hubo desgracias personales que lamentar y esto es lo más importante. Tras compartir con su mamá y familiares, nos emocionó ver la entereza para salir adelante de todos ellos y la inmediata respuesta solidaria expresada de diferentes maneras, por parte de todos los que se iban enterando de la noticia. Sus compañeros, los scouts, los apoderados de su curso y muchos otros que aunque no los conocían sintieron el inmediato llamado a hacer vida uno de nuestros valores distintivos: la solidaridad. Escuchando a la mamá, nos decía lo importante que ha sido nuestro Liceo en la formación de Matías y cómo la razón para haberlo dejado en este colegio y no preferir cambiarlo en séptimo, estaba en los valores que, desde que ingresó a primero básico, ella ha sido testigo tanto entre los apoderados como entre los compañeros de su hijo.

          Cuando tantas veces escuchamos que ante la desgracia, muchas personas tienden a alejarse o hacerse los desentendidos, nos alegra ver cómo entre los nuestros no es  más que una nueva constatación que en el Murialdo no sólo se habla de los valores sino que se viven. Por ello tenemos que cuidar este espacio y acrecentar todo aquello de bueno que aquí encontramos. Lo digo, pues muchas veces vemos como muchos se escabullen de las personas que pasan por momentos de desgracia, llámese una enfermedad, una grave acusación o una crisis económica. Es tan cierto aquello que cuando hay plata siempre habrá invitados de sobra a un asado, pero cuando esa misma familia pasa por estrecheces, son pocos los que acuden  en su ayuda.

       A este alumno y a todos sus compañeros, les hemos recordado estas sabias palabras del dicho popular que indica que también en las desgracias podemos lograr encontrar motivos de esperanza. Así lo han descubierto muchos al vivir situaciones desgraciadas, tras lo cual han salido más fortalecidos como parejas, familias, países. Sin ir más lejos es la experiencia de muchos después del terremoto, la misma también la de aquellos que han debido repetir un curso. Porque cuando nos va mal también nos va bien, pues el dolor es semilla. Qué mejor manera de concluir el mes de la solidaridad y qué mejor manera de iniciar el mes de la Patria, dando gracias a Dios por tener entre los nuestros a tanta gente de tan noble y generoso corazón.

                                                                              DON MARCO